4 de julio de 2010

Magia y metáfora

[CdP]

Reflexiones en torno a la metáfora (y también a la magia):

Para el poeta, la metáfora, es decir, la imagen es también la cosa. Magia y poesía responden a esa incontenible apetencia hacia la unidad que tiene lo diverso, a esa irrefrenable sed de diversidad que arde en lo único. La participación mágica es la técnica de que se vale la primera, y la metáfora el recurso de la segunda.
En la metáfora el poeta procede como si cada palabra estuviera incompleta, y por ello necesitada de un complemento, tal como el hombre en el mito platónico del amor. Y cada palabra sólo puede alcanzar su plenitud, mediante la participación mágica de su significado con otra palabra.

La metáfora total, operante como instrumento mágico, empieza cuando el reflejo se proyecta a su vez sobre la cosa reflejada e influye sobre ella, cuando la cosa reflejada es a su vez reflejo, y sólo mediante ese intercambio de mutuas generosidades, consiente el infinito en acurrucarse, anidarse confiado entre ellas.

Mediante la metáfora se logra, pues, una participación, una independencia entre las cosas que las torna más accesibles a quien maneja el procedimiento, y simultáneamente, permite al poeta su propia identificación con la realidad, es decir que en toda metáfora, además de la manifestada extraversión de sus términos, hay latente, pero con igual certidumbre, el ansia de comunión de su creador con el mundo y nunca mago alguno lo consiguió con tanta plenitud como el poeta.
Variaciones sobre la poesía, 1959.

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